Aunque para los humanos es época de alegría e ilusión, las Navidades pueden ser unas fechas llenas de peligros para nuestras mascotas. Perros y gatos se enfrentan a riesgos cotidianos como la ingesta de alimentos tóxicos para ellos o el ruido de los petardos en la noche de fin de año.
Alimentos como el chocolate, que representa una fuente de teobromina que está presente de forma especial en los formatos que ofrecen mayor cantidad de cacao. De hecho, advierte Miguel Ángel Sánchez, veterinario de la clínica Palmanord, que la ingesta de una tableta de 100 gramos de peso y 80 % de pureza podría llegar a provocar incluso la muerte de un perro pequeño.
Frente a una situación de este tipo, Sánchez recomienda actuar de inmediato. Para ello, resulta suficiente con suministrar al animal agua oxigenada mediante una jeringuilla. En apenas cinco minutos el perro habrá vomitado el chocolate y nosotros habremos neutralizado una de las intoxicaciones más habituales en esta época del año.
La inocente Flor de Pascua también puede convertirse en un acérrimo enemigo para la salud de perros y gatos. Su llamativo color rojo atrae la atención de las mascotas, propensas a morderlas. Algo que, en el peor de los casos, puede llegar a resultar letal. Vómitos, diarreas, inflamación de la boca o del esófago, dermatitis por contacto, conjuntivitis o úlceras oculares son algunos de los cuadros que, sin llegar al óbito, presentan los animales al contacto con la popularmente conocida como ‘planta de Navidad’.
Con la celebración de la Nochevieja la situación se complica. Muchos propietarios comparten la tradición de la ingesta de uvas en las doce campanadas con sus mascotas. Algo fatal a la vez que poco conocido, porque las uvas son susceptibles de provocar una insuficiencia renal aguda que impida al animal la producción de orina, y de allí le pueda acabar causando la muerte.
Pero esto no queda aquí, porque pasadas las doce campanadas, empieza el baile de cohetes y petardos, pirotecnia desatada que ataca los nervios de gatos y perros, especialmente de estos últimos. Éstas son las consecuencias que pueden tener estos artefactos en nuestras mascotas:
Señala Miguel Ángel Sánchez que, en caso de que resulte inevitable el ataque acústico a la mascota, sí se pueden tomar algunas medidas previas. Y son muchos los propietarios de animales que tratan de minimizar el golpe a base de medicación natural o bien de fármacos que provocan en los canes y felinos un efecto sedante con el que se reduce el impacto causado por la pirotecnia.
Lo ideal, en definitiva, es que las fiestas de Navidad sean disfrutadas por todos, humanos o no, para que no se conviertan en un suplicio que castigue a los animales.