«Cada día hay un coste de mantenimiento de la finca. Llegará un momento en que será inevitable e inviable. No es que exista el peligro, ya está encima de la mesa. Es urgente no, lo siguiente. En función de lo que pase en los próximos tres meses, Es Burotell dejará de existir».
Son las palabras, claras y contundentes, de Rafa González, propietario de la Granja-Escuela Es Burotell, situada a las afueras de Calvià Vila. Tras un año sin apenas haber podido trabajar, ya que sólo en verano pudieron organizar algún campus, la finca ve cada vez más cerca el precipicio y si no llegan las ayudas que piden a la administración, el riesgo de desaparición es real.
En circunstancias normales, Es Burotell recibía cada año a unos 6000 o 7000 niños y niñas. Muchos de ellos visitaban la granja-escuela gracias a las salidas escolares organizadas por los centros educativos. Sin embargo, en el presente curso, los inspectores de Educación están limitando al máximo las excursiones, poniendo así en riesgo a centros de ocio como Es Burotell. Rafa González reivindica que las salidas a la naturaleza son más seguras que la actividad en las propias aulas: «Con mascarilla y en grupos burbuja, una visita a Es Burotell es más segura que hacer una clase en un aula».
De hecho, desde Es Burotell destacan que su actividad podría haber continuado desde verano sin mayor inconveniente en base a las condiciones de seguridad que se garantizan en la granja-escuela. Más allá de las pérdidas económicas que conllevaría cerrar el negocio, a Rafa González le preocupa que se pueda perder el acervo cultural que transmiten a los escolares cada año: «La labor que hacemos es muy importante; si nos vamos, los niños y niñas no conocerán cómo era la vida rural de antes en Mallorca, cómo se hacía el pan o cómo se sembraba».
La Granja-Escuela Es Burotell ha mantenido de forma ininterrumpida su actividad desde hace 18 años.
Aquí puedes ver y escuchar la entrevista completa de Rafa González, propietario de la granja-escuela Es Burotell, en nuestros estudios.