El Ajuntament de Calvià, a través del área de Bienestar Animal, ha puesto en marcha una campaña de concienciación sobre las principales cuestiones relacionadas con la tenencia responsable de animales de compañía, con el fin de fomentar una convivencia respetuosa y equilibrada con los habitantes del municipio.
Microchip
Uno de los puntos clave de esta campaña es la concienciación de la implantación de microchips en las mascotas, dispositivo fundamental para garantizar su identificación y para facilitar su recuperación en caso de pérdida. Al implantarlo, el veterinario asocia un número de contacto, permitiendo localizar rápidamente al propietario. No contar con microchip complica enormemente la recuperación de los animales extraviados y constituye una infracción de acuerdo con la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales. Al Centro de Protección Animal de Calvià llegan cada año numerosas mascotas sin identificar, lo cual retrasa el reencuentro con sus tutores y genera angustia tanto en el propio animal como en su familia. Además, el Ajuntament recuerda que la obligatoriedad del microchip también se aplica a los gatos, independientemente de si salen o no de casa.
Llevar el perro atado es obligatorio
La campaña municipal recuerda a las personas tutoras de mascotas que llevar a los perros atados es una medida obligatoria en espacios públicos, sin importar el tamaño o la raza del animal. Esta norma tiene como objetivo garantizar la seguridad de las personas, otros animales y los propios perros, evitando accidentes, pérdidas o enfrentamientos. Para ofrecer mayor libertad al animal, se recomienda el uso de correas extensibles o largas, especialmente en áreas abiertas y de bajo riesgo, siempre bajo supervisión. Asimismo, en Calvià existen varios parques de ocio canino diseñados específicamente para que los perros puedan disfrutar de libertad en un entorno seguro y controlado.
“La caca solo tiene gracia en WhatsApp”
Este mensaje, incluido en la campaña, busca concienciar sobre la obligación de recoger los excrementos de los perros en la vía pública, una infracción tipificada como grave de acuerdo con la ordenanza municipal. El incumplimiento puede acarrear sanciones de hasta 600 euros.