El calor afecta a los animales de diferentes maneras, y su conducta puede cambiar como respuesta al estrés térmico. Para prevenir situaciones perjudiciales para la salud de nuestros animales de familia y entender su comportamiento ante las altas temperaturas, la etóloga y veterinaria Pilar García, colaboradora de Radio Calvià en el programa quincenal de los viernes Espai de Conducta, nos ha dado dado algunas pautas e informaciones a tener en cuenta.
Comenzando por cómo afecta el calor a las diferentes especies: aunque todas lo perciben los gatos sufren y exteriorizan menos sus efectos que los perros, en los que se detectan mejor los efectos del calor:
A esas razas braquicéfalas a las que se refiere Pilar son a las que más suele afectarles el calor, en tanto que su corto hocico les impide refrigerarse con facilidad. Razas caninas como el carlino o el bulldog francés, con cráneo corto y ancho, hocico chato y cara plana, son las que pueden verse más afectadas:
Aunque parezca de sentido común, la labor del humano tutor es proteger al animal de ese calor extremo, evitando su exposición y facilitándole su hidratación. No se trata sólo de que tenga agua, sino de dónde la colocamos y a qué temperatura se encuentra:
Les guste más o menos el agua a nuestras mascotas y aunque tengamos la percepción de que a nuestros animales no les afecta demasiado el calor, es importante, destaca Pilar, que les refresquemos en la medida en la que nos lo permitan:
Los cambios de comportamiento de nuestros animales de familia con la llegada del calor no distan demasiado de los humanos: la pérdida de apetito y de sueño o la reducción de la actividad en horas centrales del día son efectos de las elevadas temperaturas con los que podemos empatizar con ellos, aunque no siempre lo exterioricen de la misma manera que nosotros:
Otro cambio de conducta en nuestros animales de familia que puede provocar el calor es el aumento de la agresividad. Una reacción, de nuevo, no tan distinta a la de los humanos, aunque, en el caso de los perros, ésta puede conducirse especialmente hacia los niños:
Otras muestras de comportamiento en animales de familia que pueden relacionarse con los efectos de las altas temperaturas son la deambulación por insomnio o la eliminación (orinar o defecar) dentro de casa. Algo que resulta inevitable para el animal y que, por tanto, no hay que castigar:
Un error en el que caemos a menudo con nuestros perros (y, a veces también gatos) es cortarles el pelo cuando llega el verano, con el fin de que éste les dé menos calor. Pero rapar a nuestros animales, tanto a los que tienen pelaje largo como a los que no, sólo elimina una protección natural que les protege de los rayos directos a su piel y del contacto con superficies que pueden quemarles. La etóloga lo tiene claro:
Escucha completo el programa Espai de Conducta sobre los cambios de comportamiento de nuestro animales a causa del calor en Ivoox: