El Ajuntament de Calvià ha aprobado el protocolo para la gestión de las colonias felinas del municipio. La nueva normativa busca el equilibrio entre el bienestar animal y la convivencia ciudadana, además de prevenir la superpoblación de gatos y reducir riesgos sanitarios.
Este nuevo protocolo de gestión de las colonias felinas de Calvià establece unas directrices para la gestión ética y el control de las colonias felinas dentro del término municipal. Esta medida tiene como objetivo principal garantizar la convivencia armónica entre residentes y los gatos comunitarios, a fin de minimizar las molestias y controlar la población felina. La iniciativa del consistorio utiliza el método CER (Captura, Esterilización y Retorno) para gestionar las colonias de gatos en libertad. Este método implica capturar, esterilizar y devolver los gatos al lugar de origen, para reducir el número de nacimientos. A los gatos esterilizados se les hace una marca en una oreja para identificarlos como parte de una colonia controlada.
El protocolo establece un conjunto de medidas para garantizar la eficacia del programa. Entre estas, la colaboración con asociaciones de protección animal, que reciben apoyo económico para llevar a cargo las tareas de control y atención a las colonias felinas. Así mismo, se fomenta la participación ciudadana, y se anima a vecinos y vecinas a convertirse en personas cuidadoras autorizadas de las colonias, con la responsabilidad de suministrar alimento y agua regularmente y limpiar sus áreas.
Las personas cuidadoras tienen que utilizar una acreditación oficial renovable cada dos años y alimentar los gatos solo con pienso seco, así como retirar los restos a diario para evitar problemas de salubridad. También tienen que mantener limpias las áreas donde se ubican las colonias, observar el estado de los gatos después de su esterilización, así como colaborar activamente en el proceso de esterilización. Además, tienen que comunicar al personal municipal si hay cambios en el censo de animales o cualquier conflicto.
Otro aspecto destacado del protocolo es el establecimiento de mecanismos para resolver conflictos vecinales que puedan surgir debido a la presencia de los gatos. Esto incluye la mediación en situaciones como las vocalizaciones durante el celo, el marcaje de territorio con orín o las peleas entre machos. A través de estas acciones de mediación, se pretende mantener una convivencia pacífica y reducir las quejas relacionadas con las colonias felinas.
Además, el protocolo contempla la implementación de campañas de formación y sensibilización para informar a la población sobre la gestión de las colonias felinas y los beneficios del método CER, con el fin de educar sobre la importancia de respetar la fauna urbana y promover una convivencia responsable y respetuosa con el medio ambiente.